Eres un sueño perdido en la realidad.
No existes, no existo, no somos.
Estamos sumergidos en una utopía dónde tu nombre es mi nombre y mi nombre es tuyo, dónde amo tu lengua, tu boca y ese ósculo cada mañana, pero morimos cada segundo y revivimos al siguiente que el hastío de la vida se impregna en el viento y mi cuerpo huele a muerte mientras que el tuyo a violetas de vida eterna.